Música clásica

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Los y las compositoras e intérpretes vascas colman el mundo de música. La música clásica vasca ha dado figuras de renombre internacional en el pasado y sigue dándolas en el presente. Maurice Ravel es sin duda uno de los grandes compositores de origen vasco. Ravel representa una de las tendencias comunes a muchos compositores vascos: trabajan fuera del País Vasco, lo hacen en otros idiomas, pero jamás olvidan su identidad vasca. Masas corales, solistas y grupos instrumentales completan el mapa de la música clásica o erudita vasca cuya importancia quedó patente en 1982, cuando tras solo dos años después de formarse el primer Gobierno Vasco, crearon Euskadiko Orkestra. Musikene es el conservatorio superior de Gipuzkoa, Araba y Bizkaia, en Nafarroa el Conservatorio Pablo Sarasate y en Iparralde, el Conservatorio Maurice Ravel. 

Con la Ilustración, con la mirada puesta en Europa y sobre todo en Francia, comenzaron los intentos por modernizar la música clásica vasca. La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País fue la base de este movimiento y desarrolló, no sin oposición, una intensa actividad musical desvinculada de lo religioso. En aquel ambiente surgió la figura del compositor Juan Crisóstomo Arriaga quien compuso su primera obra a los once años. Su muerte prematura sin cumplir los veinte años privó a la música vasca de una figura excepcional. En el ambiente musical madrileño de finales del XVIII destacaron dos músicos de origen vasco: Hilarión Eslava y Blas de Laserna. El primero marcó la transición en la música española de los usos religiosos al patronazgo profano. El segundo fue el gran maestro de la tonadilla escénica. A fines del siglo XIX surgen en buena parte de Europa las llamadas escuelas nacionalistas, que buscan integrar las tradiciones musicales de cada pueblo dentro de la música erudita. En el caso vasco, esos elementos serán el zortziko, que se identifica de la mano de José María Iparragirre y, en mucha menor medida, la jota. A principios del siglo XX hubo el intento de elaborar una ópera nacional en euskera, pero este proyecto se vio eclipsado por el éxito de la zarzuela en castellano. Las zarzuelas de Jesús Guridi y Pablo Sorozabal tuvieron un gran éxito. Mientras, Jose Antonio Zulaika Aita Donostia despuntaba en la investigación de la música vasca.

Después de la guerra civil el propio Guridi y Francisco Escudero, Karmelo Bernaola y Antton Larrauri fueron los compositores más relevantes. En la actualidad, Agustín González Acilu es uno de los compositores más relevantes del  panorama contemporáneo vasco. Con todo, la figura más conocida a nivel internacional de la composición musical vasca, no cabe duda, es Luis de Pablo. La continua experimentación es una característica común a ambos. En las generaciones posteriores Zuriñe Fernández Gerenabarrena, discípula de Bernaola, brilla con luz propia. Igual que Bernaola ha compuesto para el cine. En ese ámbito, el trabajo de Angel Illarramendi y Alberto Iglesias es imprescindible.

La actividad orfeonística es la que se ha considerado más ligada al pueblo vasco, tanto dentro como fuera de sus fronteras, y puede afirmarse que a día de hoy algunas de las masas corales vascas siguen estando entre las mejores de su tipo en todo el mundo.  El Orfeón Pamplonés, el Donostiarra, el Tolosano y el de la Sociedad Coral de Bilbao son algunos de los más importantes. Sin embargo, el número de grupos corales es elevado, hasta los pueblos más pequeños cuentan con su propia agrupación. Todos ellos están reunidos en la Confederación de Coros del País Vasco. Entre los solistas, la voz de Julián Gayarre es una de las más importantes que ha dado la música vasca. Hoy en día, la soprano Ainhoa Arteta, es la voz más internacional y, junto a ella, destacan la soprano María Bayo, el contratenor Carlos Mena y el tenor Andeka Gorrotxategi. Euskadiko Orkestra y Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS) son la instituciones musicales más importante del País Vasco, y junto con la Orquesta Pablo Sarasate de Nafarroa realizan una gran labor pedagógica con los niños. Las bandas de música tienen un fuerte arraigo en la cultura vasca; las bandas de txistularis son exclusivas del País Vasco.

Nicanor Zabaleta fue el mejor arpista del siglo XX. Joaquín Achucarro es hoy día el pianista más relevante. Otros intérpretes destacados son: Ricardo Odriozola (violinista), Asier Polo (chelista), Josetxu Obregon y Alfonso Gómez (pianistas) e Igor Silguiero (saxofonista). Judith Jauregi, más joven, está destacando como pianista. Y entre los directores de orquesta Juanjo Mena e Inma Shara son los más internacionales.

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